17 febrero, 2017

Movilización en Valladolid, 19 de febrero, STOP al encarecimiento de la vida


En los últimos ocho años hemos asistido a una pérdida progresiva del poder adquisitivo de los salarios, de las pensiones y de las rentas de protección, y a un crecimiento sostenido de la desigualdad, como consecuencia del fuerte aumento del desempleo y de la generalización en amplios colectivos de trabajadoras y trabajadores de la precariedad laboral y del incremento de los precios de los suministros básicos, electricidad y gas. Nada sucede por casualidad.
La crisis que conocieron las economías europeas y mundiales a partir de 2008, y que fue provocada por las élites económicas y financieras, se abordó por los gobiernos nacionales, entre ellos los nuestros, con un catálogo de medidas políticas dictadas por el discurso neoliberal que impulsaban los mismos que habían causado la crisis. Políticas de austeridad y de recortes sociales y laborales, que elevaron hasta tasas insoportables el paro y la dualidad del mercado de trabajo, y que derivaron en una sociedad más empobrecida y en un retroceso injustificado de derechos sociales y laborales.
A partir de 2015 comienza una tímida recuperación económica, que se consolida en 2016, pero que no debe confundirse con la salida de la crisis. Una recuperación que llega más al beneficio empresarial que a los salarios y a la red de protecciónn social. Por si fuera poco, y fieles a la improvisación y falta de estrategia a medio y largo plazo, el Gobierno del PP dice darse de bruces con una subida más que esperada del precio del petróleo, y con ella de muchos de los servicios básicos de consumo para la ciudadanía: la luz, el gas, el combustible o la calefacción. ¿En qué estaba pensando el Gobierno? ¿Cómo quiere que entendamos su sorpresa ante el repunte del petróleo para explicar las inevitables subidas de estos servicios?
No hay excusa que valga. Sus políticas son responsables de este desatino. Las mujeres, jóvenes, pensionistas, personas en paro vuelven a ser los más vulnerables. El Gobierno del PP no puede escurrir el bulto. Las organizaciones patronales tampoco. Son culpables de lo que pasa. Los precios suben deprisa, y de forma descontrolada, los salarios, las pensiones y las rentas de protección pierden poder adquisitivo, la desigualdad crece y amplios sectores sociales se empobrecen. Vamos a salir a la calle contra el encarecimiento de la vida.
  • Contra el encarecimiento de la vida, especialmente contra la subida de servicios básicos esenciales (electricidad, gas, calefacción,...)
  • Por subidas salariales que permitan recuperar el poder adquisitivo
  • Incremento de las pensiones y de las rentas de protección, restableciendo el IPC como índice de actualización
  • Por la creación de más y mejor empleo
  • Contra la precariedad laboral
  • Contra la brecha salarial
  • Por la recuperación de derechos y de la calidad de los servicios públicos
  • Por una prestación de ingresos mínimos que nos ayude a combatir la desigualdad y la pobreza
  • Derogación de las reformas laborales